Retos

Desde que llegamos a la escuela hasta ahora hemos vivido una evolución. Cada cosa que nos planteaban era una prueba insalvable y hoy, que me ha dado por echar la vista atrás, he comprobado que paso a paso hemos ido superándolas.
Por ejemplo: la crema inglesa. A pesar de todas las barreras de seguridad adoptadas, (como eran: hacerla al baño maría, usar un termómetro, utilizar una lengua para revolver...) lo que obteníamos se parecía más a una tortilla que a una deliciosa natilla. Actualmente la realizamos al fuego directo, sin medidores de temperatura y con las varillas si hace falta. La experiencia nos ha dotado de un sexto sentido que nos permite dominar la situación.
Otro ejemplo: el número de recetas y la dificultad de ejecución de las mismas en las clases prácticas. Cada día ha ido en aumento y una vez asimilado no queda otra que avanzar.
Pues bien, la semana pasada me he puesto cara a cara con el peor de los retos que se me pueden presentar. Es mi talón de Aquiles, mi punto débil, una prueba personal de las que para superar tendré que sudar sangre. Actuar como si fuese jefe de partida. Eso implica tener una idea global del trabajo y organizar qué hace cada miembro del equipo. ¡Pero si no sé por donde ando yo como para dirigir a alguien! En fin, ya os iré contando si me dejo vencer o no.

Integridad

Hay una cosa de la escuela que me gusta por encima de todas y es esa asignatura encubierta llamada: honestidad.
Me explico, tenemos clase de cocina básica, de cocina moderna, de pastelería...en cada una de ellas te presentan un ingrediente nuevo, una receta distinta, un sabor especial. Puede que contado así no de la sensación de que haya un nexo de unión entre todas, pues os aseguro que existe; cada profesor tiene como finalidad inculcarnos el respeto por el producto, la pulcritud, la sinceridad con el cliente y con nosotros mismos, la honradez.
Yo no soy de los alumnos que se obsesiona buscando la excelencia en sus notas pero en este tema tengo claro que no me voy a conformar con menos de un 10.

Techos

Los forjados, en la mayoría de los edificios catalanes, se hacen con bóvedas de ladrillo u hormigón. Van de vigueta a vigueta y son vistas.
Es una forma de construir muy antigua y cuando llegué a la ciudad me llamó mucho la atención su gran abundancia y su conservación. En ocasiones, el encuentro entre tabiques y forjado resulta algo extraño pero eso forma parte de su identidad y nadie va a renunciar a ella por conseguir una unión más corriente. Las cosas que nos distinguen son también las que nos definen y nos hacen destacar.

Adiós no, hasta luego

Ayer fue un día de despedidas. Terminamos las clases de Gestión, Dietética y Coctelería y los profesores que nos impartían esas materias ya no nos darán más clases. Yo, que me encariño fácilmente, y odio las separaciones, siempre busco consuelo en una página web, un número de teléfono, una dirección. Cuando quiera ponerme en contacto con ellos tiraré de ese nexo de unión y volverán a mi lado. Por ahora sólo me queda alegrarme un montón de haberlos conocido, agradecerles su profesionalidad, su infinita paciencia, sus métodos y sus enseñanzas. En mi día a día tendré que aplicarlas unas cuantas veces, eso hará que los recuerde y los tenga presentes a cada paso.

Receta exacta

Hemos hecho una crema pastelera aromatizada con flores secas de lavanda.
Y alguien preguntó: _"¿Cómo sabemos la cantidad necesaria que hay que poner?"
A lo que mi profesora respondió: _ "Pensad, ¿a qué huele la lavanda?".
Todos sentenciamos: _"A la colonia de la abuela".
Muy bien, dijo mi maestra: _"Pues hay que poner la dosis justa de abuela, porque las queremos un montón pero, en ocasiones, mucha abuela agobia un poco también".
No me digáis que no es la definición perfecta para recordar la cantidad exacta.
Cada día admiro más a esa mujer. Qué suerte tenerla como instructora.
Y con respecto a lo de la abuela, yo que ahora tengo a la mía un poquito lejos y no puedo ir a visitarla con tanta asiduidad como lo hacía antes, la echo de menos y quizá esa eventualidad consiga que mi crema esté algo más subida de sabor de lo que debería. Todo depende de las circunstancias personales de cada uno y, por supuesto, de la experiencia. ¡A practicar se ha dicho! 

El día perfecto

El Domingo recibí la visita de dos amigos de Gijón. Pasé el día con ellos. Comimos juntos, paseamos juntos y hablamos de millones de cosas. Lo que se dice un reencuentro en toda regla. Me encantó tenerlos aquí por unas horas, reír, charlar, y soñar con un futuro lleno de posibilidades. En un momento de la conversación quisieron aventurarse y describir como ven ellos mi porvenir. Fue algo así: un local pequeñito y coqueto, una clientela fiel, de esas que vienen asiduamente, a la que poder descubrir poco a poco y encandilar, con una carta pequeña, con cuatro cosas bien hechas y poniendo el corazón. Yo los oía hablar y sonreía, me estaban pintando un cuadro que me gustaba observar. Lo más divertido fue comprobar, una vez más, que todo el mundo sitúa el negocio lejos de mi ciudad de origen ¿pero qué será lo que proyecto que aquel que me conoce parece tenerlo tan claro?

Adecuándose

Hemos hecho una receta que requería, como ingrediente aromatizante, mostaza en polvo. Un compañero ha preguntado: _"¿Si no encontramos mostaza en polvo podemos usar otro tipo de mostaza, una Dijon, una Antigua...? y mi profesora de básica le ha aconsejado: _"Esas mostazas que tú nombras son muy potentes, tienen mucho carácter, su sabor va a conseguir destacar por encima de cualquier cosa, así que, es mejor que condimentes el plato con alguna otra mostaza más neutra"
Eso me ha dado que pensar y he llegado a la conclusión que: es genial que existan productos excelentes pero, en ocasiones, lo adecuado es aquello que se considera mediocre.
Ahora entiendo que hacen cohabitando en perfecta armonía la maravillosa sal maldon con la humilde sal fina de mesa, el divino queso curado manchego con las lonchas de queso tierno... cada situación requiere su producto específico.
Así que, si tu novio te deja no es porque no valgas la pena, es porque en este momento él requiere un ingrediente de características distintas. El día que necesite deslumbrar a mamá con su buey de kobe volverá a llamarte a ti.

Trabajo duro

Ya sabéis que he estado de exámenes y cuando te preparas para afrontarlos piensas que todo es muy complicado, que caminas cuesta arriba, que te llevas la peor parte... pero ha ocurrido una cosa que me ha hecho colocarme al otro lado, que me ha hecho pensar en cómo lo viven mis profesores y no les he envidiado ni un poquito.
Os cuento: lo primero, y más duro, es leerse, y retocar, uno a uno, cada libro de recetas. Imaginaos, son todos iguales, con lo cual han de repasar la "Crema de calabaza con tortellini de queso fresco, sésamo y reducción de Oporto" tropecientasmil veces.
Lo segundo llega cuando tienes que corregir los exámenes. Somos muchos y todos poseemos un estilo, una forma de expresarnos y un tipo de letra personalizados. Así que, si a alguien, en vez de tachar y dejar un antiestético borrón, le da por utilizar tipex, consigue que mi profesora de pastelería se quede perpleja y la obligue a preguntar, entre sorprendida y encantada: _"¿Quién ha tenido la deferencia de usar corrector?" ¡Señor, la de cosas que se tienen que encontrar!

Obsequios

Esta es una foto de mi libreta de apuntes y en ella podréis apreciar un corazón flechado que ha aparecido como por arte de magia. Me encantan estos pequeños regalos con los que te sorprenden los que más te quieren. Son muestras de cariño que me alegran el día. No es necesario complicarse la vida. En el fondo soy una chica fácil. (Pero que no salga de aquí)

Vagueando

Hemos tenido una semana intensa. Estos días nos han supuesto un esfuerzo extra. Nuestros niveles de adrenalina se han disparado irremediablemente. La ansiedad siempre se apuntaba a todo y había que hacerla un hueco en el equipo. Hoy me he despedido de ella y el vacío que ha dejado lo voy a rellenar con calma.
Una ducha de más de cinco minutos.
Un desayuno sentada.
Un paseo largo.
Una comida tranquila.
Una lectura relajada.
Una meditación profunda.
Y un sueño reparador.
Sólo con escribirlo mi respiración se acompasa.

Renovarse o morir

¿Sabéis que la vida nos obsequia con un corazón nuevo cada tres meses? Me explico, todas las células de nuestro organismo están en continua evolución. Ahora construyo hueso, ahora lo destruyo, ahora creo músculo, ahora lo elimino... Ignoro la cantidad de veces que nos renovamos al cabo de nuestra vida pero deben ser un montón.
Entonces, en el caso del corazón: ¿Las células antiguas aleccionan a las nuevas para que éstas sepan a quién querer y cuánto? Lo digo porque yo sigo colada por las mismas personas cada día y lejos de olvidarlas cada tres meses, lo que consigo es añadir más y más gente a mi lista.

Transgénicos

El otro día, en clase, nos pusieron un documental sobre los productos transgénicos. Yo no tenía muy claro en que consistían exactamente pero a medida que avanza el video y vas tomando conciencia de lo que implica, te va subiendo un cabreo por todo el cuerpo que logra aniquilar tu fe en el hombre. Desde que nos regimos por el dinero, la moral ha dejado de ocupar los primeros puestos en el ranking de valores. Es un asco pero es lo que hay. Existe gente que quiere hacer las cosas de otra manera, mucha, poca, no lo sé, la cantidad no es importante, sólo la intención es lo que cuenta. Haz lo que creas que debes de hacer, sin dejarte influenciar por la multitud, la tradición, el qué dirán. Por el tiempo que llevo aquí creo que estoy en la tierra adecuada para llevar esto a cabo. El profe ha dicho que, si puede, nos pondrá otro reportaje un poco más duro. Pues si con éste ya me ha hecho replantear el mundo, con el segundo me veo encadenada a la casa de cualquier ministro. ¡Ay mamina!, esta escuela acabará conmigo.

Volviendo a la infancia

La semana pasada mi profesor de cocina moderna me riñó por estar hablando en clase. Me dio una vergüenza horrorosa.
Voy a contaros mi versión de los hechos. Habíamos currado mogollón durante  dos horas, teníamos un pastel de ancas de rana que daba gloria verlo y él comentó, que durante la ejecución del plato, se había percatado de que algunos compañeros tenían escrúpulos para manipular el producto. Entonces la persona a la que hizo referencia tomó la palabra y se defendió argumentando que no es que él fuese un tiquismiquis, sino que el olor le había dado un poco de reparo, pero que en alguna ocasión había comido incluso hormigas y escorpiones. En ese momento yo le dije algo gracioso a mi compañero de al lado, en un tono de voz poco audible y por un lapso de tiempo que no llegó a un nanosegundo. Ahí mi profesor paró la clase, reprendió mi actitud en público y me puso un negativo. No os puedo describir mi decepción, mi enfado, mi mal rollo. Considero que fue tremendamente severo conmigo para ser la primera vez, en 5 meses, que me tiene que llamar la atención por algo. Pero como soy expresiva y no puedo disimular ninguna de mis emociones (otro defecto que lucho por eliminar día a día) quiso hablar conmigo y aclarar las cosas. Yo saqué en conclusión que mientras él explica todo el mundo ha de permanecer en silencio. Y que como es la máxima autoridad he de obedecer sus órdenes. Pues en esas ando. Vosotros no estáis en posición de sacar ninguna opinión al respecto, porque no habéis oído su versión. Con lo cual: sin comentarios.

Olores

Nos han puesto a prueba. 36 frascos azules cada uno de ellos con un aroma encerrado. El ejercicio consistía en identificar el mayor número de ellos posibles. Acerté 21. Yo que creía que tenía una pituitaria sensible y resulta que no lo es tanto. El apodo de "cerdo trufero" es inmerecido. Menos mal que a todo se aprende. Nuevo objetivo: ampliar el banco de olores de mi cerebro. Pero poco a poco, no vaya a ser que, de tanto inhalar, me de un jamacuco.

Autoevaluación

Práctica de embutidos. Tres tipos de carne picada y especiada compartiendo un único fin, rellenar una tripa: la nuestra, (es broma). Las hemos cocinado y servido acompañadas de pan de leche recién horneado, kétchup elaborado en el momento y salsa barbacoa casera. Hasta aquí todo normal. Se distribuyen los equipos y me premian poniéndome con la mejor compañera que cualquiera desearía tener. Estamos tan compenetradas que todo fluye de manera natural, y conseguimos sacar el trabajo casi por telepatía. Al terminar la clase, nuestra profesora, reconoce el esfuerzo y nos felicita. Algunos compañeros se alegran por nosotras, otros nos ven como una competencia que les motiva para superarse y otros se sienten pequeñitos y disgustados.
Agradezco un montón que me hayan hecho partícipe de sus sentimientos pero no sé muy bien como tomármelos porque, desde mi punto de vista, aquél que se fije en los logros del vecino para medirse: yerra. Creo que todo resultaría más sensato si el objetivo fuese mejorar nuestro propio record.

Día raíz

Ya os he comentado lo que es la biodinámica y que existe un calendario particular que guía el sembrado.
Cada día se denomina de una forma, existen: los días raíz, los días tallo, los días fruto, los días flor; cada uno de ellos determina el tipo de planta que se desarrollará mejor en esa época.
Me ha hecho gracia y he adaptado esta filosofía a mi vida. Así que, a partir de ahora, mi estado de ánimo tendrá nombre propio, de manera que aquella fecha que no haya estado a la altura de las circunstancias será mi día raíz, y la jornada en la que todo haya resultado perfecto pasará a llamarse día flor de colorines. Esto me obliga a tener todo el tiempo la regadera en la mano, las tijeras de podar y el protocolo de mantenimiento muy presente, pero sólo con que luzca un poquito el sol lograré adornar con un nuevo pétalo irisado mi vida.

Exámenes

Ya llegan, ya llegan. Qué nervios. Este fin de semana he de dedicarlo, en exclusiva, a estudiar. La semana que viene nos jugamos el segundo trimestre. Ya sabéis que yo no soy muy ambiciosa, que con un cinco me conformo, que el suficiente es suficiente. Pero hay tanta materia, tantos conocimientos que he de hacer míos, tanta información, que no sé si tendré capacidad de asimilarla toda. Sé lo que estáis pensando, todos tenéis la pregunta clave en los labios y no os atrevéis a formularla, tranquilos que ya os lo aclaro yo: _"Sí, mea culpa, lo he dejado todo para el final, como siempre" pero no me hagáis cambiar ahora, que ya soy muy mayor.

Puré

Estoy enfadada conmigo misma, pero tanto, tanto, tanto, que ni me hablo.
He hecho una cosa mal, sabiendo que estaba mal y obviamente ha sido un fracaso.
No es que estuviese experimentando, no es que me hallase haciendo pruebas, no es que quisiese ensayar nada. Es que el ángel que cohabita en mi cabeza fue superado por su vecino el diablo.
Os explico, tenía que hacer un puré de patatas enriquecido con yema de huevo y queso parmesano. ¿Suena bien verdad? Bueno, sigo que me desvío del tema.
A continuación debía rellenar una manga pastelera, ponerle una boquilla estriada y crear unos clásicos rosetones. Hornear para que se dorasen un poquito y servir como guarnición.
¿Qué fue lo que falló? una vez más la respuesta es: mi escasa serenidad. Es verdad que tenía poco tiempo, es verdad que a mi equipo le faltaba un miembro, es verdad que estaba nerviosa pero nada justifica que triturase las patatas con la batidora, nada perdonará que teniendo conocimientos suficientes para saber que así no se hacen las cosas lo haya ejecutado así. Todo acto tiene sus consecuencias, éste trajo consigo una presentación del plato mediocre y una autoflagelación que me durará unos cuantos días. Una cosa está clara, la próxima vez que tenga que emplear el pasapurés no voy a dudar ni un segundo.

Adaptación demográfica

Tengo una tía que es fan, número uno, de esa cadena de tiendas de moda española tan famosa, fundada por un gallego. Allá donde va, la visita: Madrid, Gijón, Murcia, Valencia, Bilbao... y sabe, a ciencia cierta, que no se vende lo mismo en unas que en otras. Es lógico, los inviernos del Norte poco tienen que ver con los del Sur, así que las prendas de abrigo mutan y varían un poquito.
Pues, yo no me había dado ni cuenta pero, en los supermercados pasa exactamente lo mismo. Lo he comprobado y en esta ciudad es tan fácil encontrar salsa romescu, queso mató, o panellets, como difícil de adquirir: queso cabrales, sidra natural, o casadielles. Con lo cual: o viajas, descubres y conoces, o vives en tu micromundo.

Cultivos hidropónicos

Os cuento. Un cultivo hidropónico es aquel que se lleva a cabo en el agua. Es decir, las raíces de las plantas no están enterradas porque no hay sustrato, sino que flotan, como los nenúfares, en medio de gigantescas piscinas.
Para que el vegetal se desarrolle necesita una serie de minerales que se le añaden al agua y así éste crece verde y hermoso. El problema es que no todos los minerales que nosotros necesitamos pueden ser suministrados por esta vía; al arbusto no le afecta, su crecimiento no se verá comprometido, pero el nuestro sí.
Entonces, que haya plantaciones de tabaco hidropónicas, me parece bien, nada va a empeorar sustancialmente los efectos de esa droga. Lo que ya no me gusta tanto es que se cultiven lechugas, espinacas, repollos, o pimientos por este método y menos aún que no nos lo hagan saber. Informémonos de lo que compramos. Sólo desde el conocimiento seremos libres de adquirir lo que más nos convenza.

Emplatados

Hemos tenido una clase en la que lo único que había que hacer era colocar los alimentos en un plato. ¿A qué suena de lo más sencillo? Pues yo os digo: _"¡Ja!" No os podéis hacer una idea de todas las cosas que hay que tener presentes.
Hay que dar volumen, porque todo extendidito no vale.
Hay que jugar con los colores, porque todo monocromático no es atractivo.
Hay que huir de la simetría, porque resulta un pelín aburrida.
Hay que crear un nexo de unión que integre a todos los elementos, porque son un equipo.
Hay que ser elegante, cuidadoso y extremadamente pulcro, porque de lo contrario te devolverán el plato.
Resumiendo: me hace falta tal cantidad de horas de práctica que quizá con dos vidas más que viviese no serían suficientes.

Matices

Los que me conocéis sabéis que soy un pelín radical. Las cosas son blancas o negras, no hay más. Pues bien, mi profesor de tecnología está empeñado en cambiarme esa visión y pretende conseguir que piense en gris, pero no en un sólo gris, sino en una variedad tan amplia de grises que resulta abrumadora.
Y así ha instaurado la palabra "Depende" como respuesta acertada, a todas y cada una de sus preguntas.
Os pongo un ejemplo para explicarlo mejor.
Primera pregunta: _"¿Saben igual todos los chocolates negros del 75%?
a lo cual deberé responder: _"Depende", (depende de si ese porcentaje está constituido por un 40% de manteca de cacao y un 35% de pasta de cacao; o si está elaborado con un 25% de manteca y un 50% de pasta; o si es de tipo criollo, forastero, o trinitario; o...).
Segunda pregunta: _ "El médico me dice que no es bueno tomar leche, ¿tiene razón?".
Respuesta acertada: _"Depende", (porque no es lo mismo una leche de vaca, que una de cabra; y no es lo mismo una leche de vaca feliz que pasturea, que una leche de vaca que no ve la luz del sol y está hormonada; y no es lo mismo una leche de vaca fresca, que pasteurizada, que uperisada, que desnatada; que....)
¿Veis por donde voy?

Probando, probando.

Siempre hay una primera vez para todo. He hecho apfelstrudel. Un delicioso postre alemán. Se elabora con un hojaldre de características especiales y un relleno de manzana y pasas. La verdad es que el interior admite todo lo que le quieras poner, tanto dulce como salado. La complicación de este plato radica en estirar la masa. Es sumamente delicada y dice la tradición que ha de terminar siendo tan delgada que a través de ella puedas leer un poema de amor. ¿Quién dijo que los alemanes eran fríos?

Jornada laboral

Me resulta chocante que en una gran ciudad, como es Barcelona, la actividad diaria se detenga para comer y se respete el descanso dominical.
Me explico: los horarios de las tiendas en Madrid son continuados, de sol a sol; abierto 24 horas al día, 365 días al año; vale, es una de mis exageraciones, pero no está muy lejos de la realidad.
No has de tener en cuenta la hora cuando se te ocurra hacer una actividad, porque el tiempo no condicionará su ejecución. Aquí es otra historia.
_"Necesito comprar unos cartuchos de tinta, ¡uy pero si son las 16:30!, vale esperaré", _"Voy a echar un vistazo a la oferta de batidoras, ¡vaya pero si son las 15:00!, bueno tendré que ir más tarde" son escenas que se repiten en mi día a día. Todo depende de a que lado de la línea estés situado pero creo que esto se llama: calidad de vida, yo desde el puesto que ocupo tengo que discrepar y concluir que no estoy segura.

Mermeladas

Soy tan fácilmente influenciable que me asusto. Me dejo manipular de una manera terrible. Creo que mi cuerpo es de carne y hueso pero mi mente está hecha de plastilina seguro.
¿Por qué os cuento esto?, veréis; el otro día, mi profesor de tecnología nos instruyó sobre las confituras, jaleas, mermeladas...
Nos explicaba: qué eran, cómo se deberían elaborar, qué método había que usar para conservarlas y todas las variedades que existían: de fresa, de melocotón, de ciruela, de melón...
_"¿De melón?" dijo alguien,
_"Sí", contestó él, y adoptando una expresión teatralizada, empleando un tono de asombro y perplejidad que te hace replantearte todo tú mundo y te rebaja a los más profundos abismos, exclamó: _ "¿Qué nunca habéis probado la mermelada de melón?"
_"No" respondes como excusándote
Y a continuación nos recomienda el lugar ideal para ir a comprarla.
¿Os imagináis lo que tardé yo en visitar ese divino local? pues eso.
No es época de melón, con lo cual esa variedad no la tenían, pero una vez allí no pude resistir la tentación y regresé a casa con un bote de mermelada de limón y otro de plátano y kiwi.
Conclusión: espero que mis profesores sean conscientes de la influencia y el poder que ejercen sobre sus alumnos porque tener barro fresco en las manos te permite moldear a tu antojo.

Estrenamos profesor

Tenemos una nueva asignatura denominada: coctelería, (si en clase de enología salía un poquito tocada no os quiero contar en que estado espero salir de esta).
El temario nos lo imparte un barman profesional. Sólo hemos tenido una clase con él y quizá sea muy pronto para sacar conclusiones pero me pareció que, mi nuevo profe, es una de las persona más transgresora que hay actualmente en la escuela, un tipo curtido, alguien que está de vuelta de todo, políticamente incorrecto y tan bueno en su trabajo que se ha ganado el derecho a obviar las exigencias de un cliente cuando éstas van en contra del buen hacer. Sólo han sido dos horas y ya nos tiene atrapados, es lo que tiene el carisma.

Cuchillos

Es gracioso descubrir, una vez más, que soy animal de costumbres. Cuando llegué a la escuela podía utilizar cualquier tipo de instrumento que ninguno me resultaba extraño, ahora he de usar MIS cuchillos, no sé que me pasa pero creo que he sufrido una mutación en las manos y sólo me adapto a ellos. No cortan bien, necesitan ser afilados, pesan un poquito, alguno tiene la punta roma por haber sufrido una desafortunada caída, pero aún así me resulta incómodo trabajar con otros.   

Faro tuerto

Últimamente, no sé que pasa pero, he notado que mis compañeros de clase me preguntan mucho. Quiero decir que cuando les asalta una duda del tipo: _"¿Esto llevaba mantequilla, o aceite?", _"¿Tendré que añadir ya el almidón?", _"¿Podré cortar la zanahoria en mirepoix?"...me buscan y me formulan su cuestión.
No sabéis como me hace sentir eso de contenta, noto que confían en mí, que piensan que poseo la respuesta, que me otorgan sapiencia. Yo les contesto lo mejor que sé, porque no siempre tengo la solución, pero empleo un tono, o lo digo de tal manera que les convence. El día que descubran que me hallo tan perdida como ellos, se acabó lo que se daba. Voy a seguir ensayando el énfasis y la seguridad en mi voz porque tengo a mi ego de gordito que da gusto verlo.

Quesos versus Hijos

Miércoles a primera hora, nos toca clase de quesos. ¿Qué nos explican?: tipos de leche, diversidad de cuajos, ingredientes adicionales...elaboraciones varias. Hasta aquí, seguro que todos sabéis de lo que hablo. A partir de aquí, vais a flipar.
¿Alguien sabe qué es un afinador de quesos? ¿Alguien ha oído de su existencia?
Para los que estéis como estaba yo, os cuento: un afinador de quesos es la persona que determina cuando un queso está en su punto óptimo para ser lanzado al mercado.
Él trata a cada pieza de manera exclusiva, la voltea o no, la baña en cerveza o no, la cepilla o no...
La misión consiste en interpretar, adecuadamente, qué cualidades tiene ese producto, lograr potenciarlas y marcarle el camino ideal por el que ha de progresar.
Hay que aplicar cuidados e intervenir, respetuosamente, para que cada uno se exprese en su totalidad y llegue al cliente en perfectas condiciones.
Según lo describo descubro que el mundo de la gastronomía tiene una gran similitud con el mundo de los niños, tener un hijo y criar un queso, dar a luz un vino, o alimentar una masa madre, no son procesos tan distantes.

Privilegiada

Una amiga me ha enviado la frase que pronunció Isabel Toledo, diseñadora de moda cubana, cuando estuvo en Barcelona, os la transcribo: _"Es tal la riqueza que te envuelve en estas calles que no necesitas llevar nada. Ni siquiera un accesorio. La ciudad es la joya"
La verdad es que, una vez más, vuelvo a este rincón para expresar lo bien acogida que me siento en esta tierra, y me agrada mucho constatar que no soy un bicho raro, ni una especie en extinción, ni la única que lo ve de esa manera. Si después de esto, aún queda algún incrédulo por ahí, le invito a que se acerque para comprobarlo en carne propia.

Amoldándose

El cuerpo es una máquina que se acostumbra a lo que sea. Cuando trabajaba de camarera: me acostaba tardísimo, no era capaz de madrugar ningún día, comía a las seis de la tarde, y los lunes eran mi día preferido, porque descansaba siempre. Ahora las circunstancias han cambiado tanto que: a las once de la noche se me empiezan a cerrar los ojos, vuelvo a madrugar como cuando era pequeña, como a una hora muy decente y los lunes vuelven a formar parte de la jornada laboral. No quiero decir con esto que algo sea mejor, o peor, ni que exista el horario ideal. Lo que creo es que el ser humano tiene una capacidad de adaptación asombrosa y que me gusta que así sea.