lunes, 31 de marzo de 2014

Retos

Desde que llegamos a la escuela hasta ahora hemos vivido una evolución. Cada cosa que nos planteaban era una prueba insalvable y hoy, que me ha dado por echar la vista atrás, he comprobado que paso a paso hemos ido superándolas.
Por ejemplo: la crema inglesa. A pesar de todas las barreras de seguridad adoptadas, (como eran: hacerla al baño maría, usar un termómetro, utilizar una lengua para revolver...) lo que obteníamos se parecía más a una tortilla que a una deliciosa natilla. Actualmente la realizamos al fuego directo, sin medidores de temperatura y con las varillas si hace falta. La experiencia nos ha dotado de un sexto sentido que nos permite dominar la situación.
Otro ejemplo: el número de recetas y la dificultad de ejecución de las mismas en las clases prácticas. Cada día ha ido en aumento y una vez asimilado no queda otra que avanzar.
Pues bien, la semana pasada me he puesto cara a cara con el peor de los retos que se me pueden presentar. Es mi talón de Aquiles, mi punto débil, una prueba personal de las que para superar tendré que sudar sangre. Actuar como si fuese jefe de partida. Eso implica tener una idea global del trabajo y organizar qué hace cada miembro del equipo. ¡Pero si no sé por donde ando yo como para dirigir a alguien! En fin, ya os iré contando si me dejo vencer o no.

2 comentarios:

  1. Piluca!!!! ¿Dónde estas? Echo de menos tus comentarios!! Vuelve yaaaa!! :-)

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    1. Jajajajaja ay Sole, esto es lo que implica tener una tía corretona, que hoy está aquí pero mañana no se sabe. Yo aspiro a ser así de más mayor. De todas formas no te preocupes, creo que la tendremos de vuelta muy pronto. Besito

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