miércoles, 26 de marzo de 2014

El día perfecto

El Domingo recibí la visita de dos amigos de Gijón. Pasé el día con ellos. Comimos juntos, paseamos juntos y hablamos de millones de cosas. Lo que se dice un reencuentro en toda regla. Me encantó tenerlos aquí por unas horas, reír, charlar, y soñar con un futuro lleno de posibilidades. En un momento de la conversación quisieron aventurarse y describir como ven ellos mi porvenir. Fue algo así: un local pequeñito y coqueto, una clientela fiel, de esas que vienen asiduamente, a la que poder descubrir poco a poco y encandilar, con una carta pequeña, con cuatro cosas bien hechas y poniendo el corazón. Yo los oía hablar y sonreía, me estaban pintando un cuadro que me gustaba observar. Lo más divertido fue comprobar, una vez más, que todo el mundo sitúa el negocio lejos de mi ciudad de origen ¿pero qué será lo que proyecto que aquel que me conoce parece tenerlo tan claro?

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