martes, 21 de enero de 2014

¡Rupert, te necesito!

Me he cambiado el color del pelo en casa. Esto de querer ahorrar está llegando a límites insospechados. He ido al supermercado. He pasado una hora analizando cuál de las 15 marcas, 58 colores, 4 texturas y 400 pigmentos, eran los más adecuados. Al final he escogido un chocolate negro, siendo adicta al cacao no podía decantarme por ningún otro. Me he puesto a leer las instrucciones, un prospecto tamaño folio, con ilustraciones muy detalladas, de esas que según las ves piensas: _"Todo irá bien" y he procedido ha ejecutarlas al pie de la letra, respetando tiempos de aplicación, tiempos de espera...me he aclarado el pelo, me lo he secado y el resultado ha sido: tinte en zonas prohibidas como orejas, frente y ropa, el cabello no ha quedado mal, pero si pudieseis ver el baño gritaríais de terror. Conclusión: cada profesional está ahí para facilitarnos la vida, permitámonos, de vez en cuando, un caprichín y dejémosles que hagan su trabajo.

1 comentario:

  1. Ja ja ja! Esto suele ocurrir al principio, pero que raro! Ahora hay unos productos que no gotean y dan muy buenos resultados, ahora, tienes razón "Zapatero a tus zapatos". Besitos

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