Me encanta esta falda, está hecha, única y exclusivamente, con una cremallera. La primera vez que la vi mi cerebro reaccionó como si hubiese tenido en frente al mismísimo Di Caprio. Cantidades astronómicas de feniletilamina inundando mis neuronas. _"¿Qué pasa, qué pasa?", gritaban ellas, mientras intentaban inútilmente mantenerse a flote. Una vorágine de sentimientos de deseo, recorrían cada célula de mi cuerpo, ansiedad, nervios, alegría. "_¿Y cómo consigo aposentarme?" se debatía el corazón, hasta que se le ocurrió enviar un mensaje a los ojos, pidiéndoles que se posasen estratégicamente sobre la etiqueta del precio, ahí llegó el estupor y luego la ansiada calma. Queda un rescoldo que no se apaga, pero parece ser que la clave de la felicidad es no conseguir todo lo que se anhela tener.
Creo haber leído, hace mucho, que la felicidad era sentir siempre la añoranza de algo. O quizás que la felicidad era no sentir nunca la añoranza de algo. No se, no me acuerdo, pero yo siempre utilicé la primera, está más a mi alcance.
ResponderEliminarBueno, como recomendación para salir de la duda te diré: que si poniendo en práctica la primera opción obtienes la felicidad es que lo estás haciendo bien; en caso contrario utilizar la segunda.
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