lunes, 20 de enero de 2014

Callada estoy más guapa

He vivido mi primera tutoría. No sabía muy bien en que consistía eso y he comprobado que posee cierta similitud con una entrevista personal. Te piden que comentes cómo ves la escuela, el curso, las asignaturas, qué te gusta más, qué cambiarías, etc. En general, yo no suelo dar mi opinión, ni protestar, a menos que alguien se interese por saber. Pero eso sí, una vez formulada la pregunta contestaré, exactamente, lo que creo de verdad, sin medias tintas, ni paños calientes. Se podría decir que poseo el don de la incorrección política, y en este caso, no me estoy refiriendo a votar a Rajoy (¡Hala! ¿veis lo que digo?).
Existen personas que ya se lo saben y, o bien evitan, o bien pronuncian, frases como: _"¿Qué te parece como me queda este jersey?", o _"¿Te gusta la obra que he hecho en la cocina?, o _"He ido a la peluquería y no me has dicho nada"
Luego viene el análisis, los remordimientos y el arrepentimiento. Pero soy mayor para saber que cada acto tiene sus consecuencias así que a apechugar.

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