jueves, 5 de diciembre de 2013

Sin televisión

La casa en la que vivo no tiene televisión. Es poco habitual, pero alguna vez he coincidido con gente que carecía de este electrodoméstico de manera voluntaria y en el momento en el que me informaban de ello pensaba: "postureo puro y duro", o "cosas de hippies". Dos meses habiendo experimentado su ausencia y sorprendentemente no la echo mucho de menos. Conclusión: o estoy muy ocupada, o no estaba tan enganchada, o la programación tampoco era tan buena como para que me resulte imprescindible.

3 comentarios:

  1. Creo que es cuestión de costumbre por un lado, de interés informativo por otro, y de pensar en la compañía que por otro lado te hace la caja tonta; yo lo último que hago es acostarme con ella, que se apaga sola y lo primero encenderla yo. Creo que soy un poco adicta.

    ResponderEliminar
  2. Ja, ja, ja, como yo con el chocolate!

    ResponderEliminar
  3. Golosona!!!. Tu Gmail me ha parecido realmente bien. Besotes

    ResponderEliminar