jueves, 10 de abril de 2014

Plaça de Castella

Es esta una plaza nada turística pero con encanto. Di con ella por casualidad, paseando por mi barrio me metí por una callejuela estrecha, en realidad lo que me atrajo fue una tienda de magdalenas que hay en la esquina, me acerqué hasta ella y me encontré con este espacio abierto presidido por la parroquia de San Pedro Nolasco Mercedario. Lo que más me gustó fue el ambiente que se concentraba allí. Había un montón de personas y todas de lo más variado, cada grupo hacía su piña: jubilados, niños, jóvenes moteros... La rodeé y descubrí bares en abundancia y una tienda de segunda mano muy llamativa. Lo que hace que un lugar me deje huella es que se respire vida. Y en este la había.

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