
Así que empezamos catando los vinos, que sorprendentemente fueron de mi agrado (y digo sorprendentemente porque a mí el vino no me gustaba) y después el vinagre. Una cosa curiosa es la forma en la que se prueba, que no es por copas, gracias a Dios, sino por gotas. Se pone una en la mano, se huele y se lame, un poco como la sal de los tequilas. Todos sabían realmente bien, combinaban con multitud de productos y tenían una cuidada presentación. Nos regalaron un pequeño libro de recetas y tres muestras que atesoro como oro en paño, pensaba reservarlas para una ocasión especial, pero no hay mejor momento que el actual. Esta noche milhojas con pera, anís estrellado y reducción de FORVM Chardonnay. ¿Quién se apunta?
Yo misma me apunto. Aunque con mi ciática!!!.........
ResponderEliminarAy! pobrecita. Cuídate mucho y cuando estés mejor te lo preparo en exclusiva. Besote.
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