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Sin embargo, en lo que a lugares de reunión y disfrute del paladar se refiere, ya he explorado unos cuantos. El último ha sido la tetería Caj Chai, en pleno barrio gótico.
Asómate a la puerta y serás atrapado por un delicioso y embriagador aroma, que te llevará en volandas al interior del local. Está lleno de encanto y te acogen tan bien que apetece quedarse allí toda la tarde. La variedad de té es abrumadora. Yo necesité asesoramiento profesional porque no era capaz de tomar una decisión. Buscaba algo que me permitiese dormir y que fuese dulce. Me recomendaron un té blanco de jazmín, cuando lo terminé anoté la fecha en mi agenda, de esta forma el paso del tiempo no logrará borrará el comienzo de una gran amistad.
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