Uno de esos que aprendes a cocinar cuando tienes 6 años.
Uno básico, de los que no necesitas tutoriales en youtube, ni monográficos carísimos con eminentes profesores.
Una elaboración sencilla que consiste en mezclar los ingredientes y hornear, sin más.
Uno que si te sale mal es como para dimitir.
Pues aquí me tenéis, redactando la carta de despedida.
Y es que mi horno me odia, ha conseguido carbonizarlo en 7 minutos de reloj.
Esa máquina es pura testosterona, te dice que está a 160 grados y en realidad va a 300.
Puede que en mi próxima casa falten muebles, que esté situada en un barrio chungo, que haya que pedir permiso a un pie para mover el otro...pero desde ahora os digo: "Instalaré un horno que sea la envidia de Daniel Jordà y Xavier Barriga juntos" ;)
